Decepción. Esa es la idea que mejor resume la presentación del iPhone 4S. Era el debut de Tim Cook como maestro de ceremonias ante la atenta mirada de millones de personas de todo el mundo y defraudó. No fallaron sus dotes comunicativas con un lenguaje cuidadosamente estudiado y una preparada puesta escena, al más puro estilo Steve Jobs. Falló, por primera vez, el producto. La evolución del smartphone de Apple no convenció a los amantes de la marca porque se daba ya por seguro el cambio de cifra. Desde hacía tiempo se había especulado con el inminente lanzamiento del iPhone 5, por lo que la versión mejorada del iPhone 4, con apenas cambios en su apariencia, no estuvo a la altura.
La "no presentación" del iPhone 5 también tuvo su traducción en los mercados. Los inversores castigaron a la compañía de la manzana: sus acciones cayeron en torno a un 5%al confirmarse que Apple solo lanzaría una revisión de su smartphone. Aunque para castigo, el que les fue impuesto a los falsificadores chinos que, a tenor de la expectación creada, ya habían preparado copias del terminal para sacar a la venta.
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